Emprender es algo que se puede hacer a cualquier edad, siempre y cuando se tenga iniciativa. Pero ¿hay alguna década que sea mejor que otra? Parece que los treinta son la etapa idónea para desarrollar un negocio. El miedo al fracaso es menor, se asumen más riesgos, apuntan los expertos. Y además se tiene cierta experiencia y muchas ganas de innovar. La elevada tasa de paro juvenil –del 33,29% para quienes tienen entre 25 y 29 años, y del 24% para aquellos de entre 30 y 44 años, según datos del INE– hace que crear una compañía sea una alternativa que muchos eligen.
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